Sutil manejo del lenguaje, por Norma Olave.

Sutil manejo del lenguaje, por Norma Olave.

Un 13% de la población chilena, según datos del INE, presenta alguna situación de discapacidad. Es decir, uno de cada ocho personas, tiene discapacidad. No es menor la cantidad de personas con esta condición. La discapacidad ha sido una limitante para las personas que la padecen, toda vez que es la sociedad quienes no poseen las herramientas para que estas personas puedan desarrollarse. Las palabras inclusión, discapacidad o personas discapacitadas, han sido muy criticadas por quienes dicen que es este tratamiento el que hace la diferencia y excluye. Y claramente tiene razón. Parte por una cuestión del lenguaje, pero el lenguaje no es más que la expresión de la descripción de ciertos hechos. Desde este punto de vista, cambia el paradigma. La etiología de la discapacidad ha ido evolucionando según las distintas culturas, no obstante Chile, pareciera ser que falta mucho por avanzar acerca del tratamiento de su lenguaje. Aun observamos en grupos sociales que se excluye y discrimina irracionalmente. Lamentablemente no se puede esperar que la sociedad cambie si no hay instituciones, una ley, que la estructure. Debe obedecerse al cliché de tener que normar para generar cambios. De aquí en adelante considérese capacidades diferentes, y no discapacidad. Hace pensar que capacidades diferentes es universal, genérico o inespecífico. Efectivamente esta es la finalidad. El cuidado en el uso del lenguaje es muy relevante. Hablar de capacidades diferentes te incluye a ti, incluye a tu profesor o empleador, a tus hijos, a tus padres, a mí, y a todos. Porque todos tenemos capacidades diferentes, de aprendizaje y desempeño. Competir no es más que una herramienta para que las personas perfeccionen su trabajo y puedan dar un mejor producto, no obstante los efectos que esto produce va mucho más lejos, genera egoísmo y ceguera social. Competir no es un parámetro que refleja la realidad, toda vez que todo individuo humano es distinto a otro, vive y se desarrolla en un entorno que lo hace distinto, aprende diferente. Es tratar de medir la distancia de vuelo de una paloma, de un elefante y de un perro. Solo volará quien tiene alas. El porcentaje de personas en “situación de discapacidad” no es menor, por lo que se torna relevante comenzar a preocuparse y tratar con más cuidado este tema. Desde cómo considerar a estas personas en una entrevista de trabajo, en un aula de clases, en un negocio cualquiera. La universidad es un lugar en donde pocos alcanzan a llegar, se requiere un mayor nivel de impulso institucional, con el debido cuidado y tratamiento. La sociedad circulante al manejar su lenguaje podrá ayudar a enfocar a la inclusión y capacitación más que a la exclusión. Está en todos nosotros, ser una sociedad íntegra e integral.